martes, 26 de mayo de 2020

Pecado

Hay una estridencia sonora
en mi pecho....
que intento guardar con poemas;
que surca todos los confinamientos
internos: es tal su luz
que me obliga a apartarme
para poder contemplarla.

Negaré hasta la última señal
mientras no me venza
aunque yo haya ya sido vencido,
lo negaré hasta que no sucumba
la rumba, y el delirio de lo irremediable.
Amaré la fantasía que me derrite
y catapulta a tu osado vagaje.

Salvajemente respiro tu aroma fresco
saboreo la libertad de tus caderas
y la extrema coyuntura de tu boca.
Haré de nuevo el baile de aves en este cielo
vaivenes...
subo al sol y me llevo sus destellos
bajo al mar y recolecto algas;
parece mucha la distancia
más por momentos se suicida...

Es entonces, me parece,
ser en ti, ser de ti,
de tu costilla
de tus certezas
de tus raíces
de tu tribu
de tu sed.

Como si el simple arranque
de cualquier fenómeno en ti producido
remarcase más la sostenida antorcha
no electa, pero sí erecta y sublevada.

Ahora guardo sus credenciales
no quiero verlas demasiado
para no desgastar la belleza:
¡Encumbrarlas!
¡Follarlas!
¡Hasta el infinito
y más allá.!

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