La luna full se entrega a los placeres de la madrugada,
deslumbrando su penumbra, va sesgando la oscuridad planetaria.
Los motores, los altavoces, los autobuses,
recorren clandestinos las alfombras de alquitrán bordadas,
rebasando los decibelios permitidos por el brazo legislativo
en total impunidad y perfecta corrección inglesa
La noche es dura nuez, ocultando mínimas maquetas cerebrales.
Brincan de un lado a otro mis pensamientos,
como las astas de un toro,
rodeado por una muchedumbre alcoholizada
y reducida a su primitiva e irracional costra.
Nubes púrpuras, reflejan luces de algún festival,
el humo en columnas asciende con regularidad,
atraídas por una gravedad a la inversa
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